Thursday, October 30, 2008

Llegada y tarde en Katmandu

Partimos muy temprano desde Sharjah, un emirato vecino próximo a Dubai. Elegimos la compañía aérea Low Cost air arabia que recomiendo que echéis un vistazo a su web.
Para todos aquellos que estéis pensando en hacernos una visita, os aconsejo que vengáis con más de 20 días y con algo más de presupuesto. Vale la pena considerar un viaje a alguno de los países vecinos, ya sea India (150 euros), Nepal, Egipto, Líbano..... debido a los bajos precios de los billetes de avión ya que no son destinos baratos si lo haces desde España. Otra ventaja a considerar es que se puede viajar con poco dinero. Se recomienda comprar los billetes con antelación.
Una vez aterrizadas en Nepal, nos pusimos hacer cola para pagar el visado, unos 21 euros de entrada que varía según la duración de la estancia y 17 de salida . En el control de pasaporte te piden una foto tamaño carné para tener un recuerdo tuyo, si no lo llevas no te preocupes ya te encontrarás al nepalí de turno haciendo su agosto en el aeropuerto. En la fila comprobamos que la mayoría de la gente que visita Nepal lo hace por un mes, ya que un trekking te lleva como mínimo dos semanas y luego algo de tiempo para reponerte del desgaste.
Una vez fuera de la terminal nos avasallaron un grupo de taxistas con el fin de hacerse con la clientela y la comisión de la habitación del hotel.
Nosotras llevábamos el hotel reservado de anticipo (cosa que no recomiendo) y venían a recogernos al aeropuerto. Vimos que uno de los taxistas tenía mi nombre apuntado en un folio y allí que le seguimos. El taxi no era más que un pobre coche totalmente destartalado y con él recorrimos los entresijos de Katmandú hasta llegar a nuestro destino.
El taxista nos dijo que nuestra visita coincidía con la celebración del Indra Jatra que combina la aparición de la kumari o diosa viviente y el culto a Bhairab, al mismo tiempo que se conmemora la unificación del país y señala el final del monzón.
Esto hizo que el hotel nos aumentara el precio de la habitación además de cobrarnos 500 rupias por el taxi, para mayor sorpresa nos dijeron que la festividad había cancelado todos los autobuses para Pokhara al día siguiente por lo que nos teníamos que quedar dos noches en el hotel, cosa que nos pareció sospechosa. Subimos a la habitación a dejar las mochilas y nos echamos a la calle.


Lo siguiente que teníamos que hacer era:
- Buscar un mejor hotel en cuanto a limpieza y precio si realmente teníamos que pasar dos noches en Katmandú.
- Informarnos de los horarios de autobuses con dirección a Pokhara.
- Contratar el rafting en los días que teníamos planeados, ya que un retraso de un día suponía la restructuración total del viaje. Por este motivo queríamos cerrar el asunto en Katmandu y no dejarlo para Pokhara.

Haciendo caso a nuestra guía no nos complicamos y nos dirigimos al Hotel Ganesh Himal, aquí si se recomienda reservar con antelación, ya que es un pequeño hotel con pocas habitaciones con encanto y recomendado por la guía más famosa de Nepal.
En él una joven nepalesa nos atendió amablemente y nos informó del horario de los autobuses para Pokhara al día siguiente. También nos puso en contacto con un agente para hacer posible nuestra propuesta de viaje.
Las negociaciones con el agente nos llevaron dos largas horas, claro que con muy buenos resultados. 140 euros por persona incluyeron:
- Transporte a Pokhara.
- 3 noches en Pokhara en un hotel de precio medio.
- Rafting de dos días (incluido comidas).
- Todas las actividades del Safari en el parque Nacional de Chitwan, dos noches en un hotel de median categoría con pensión completa.
- Billete de autobús desde Chitwan a Katmandu.

Salimos muy contentas porque habíamos hecho posible nuestras planificaciones y habíamos logrado un precio muy por debajo de los 190 euros iniciales, claro que el agente y la chica del hotel también salieron beneficiados.

Ahora era tiempo de pasear por las calles hasta llegar a la plaza Durbar de Katmandú. En el camino nos encontramos a unos sacerdotes que sin pedirlo nos pusieron el punto.

Así de guapas, con el punto en la frente caminamos, nos perdimos, comimos algo en un pequeño "restaurante" hasta llegar, ya de noche a la plaza Durbar.
Nos subimos a lo alto de uno de los templos para contemplar el bullicio de la gente al mismo tiempo que celebraban la fiesta del Indra Jatra. En nuestra visita a uno de los templos nos encontramos con unas niñas que sin pedir nada nos llevaron hasta un palo que dándole vueltas tres veces te garantizaba felicidad absoluta. Cuando Pachi, Rocío y yo tuvimos el buen augurio asegurado empezamos con las niñas una conversación que nadie quería acabar. Así que decidimos ir a una azotea de un restaurante de la que se podía divisar toda la plaza mientras las niñas se alimentaban con una plato de arroz con pollo que no terminaron para repartir con sus hermanos.
En estas situaciones es cuando te das cuenta que la vida que llevas está llena de comodidades y cosas a tu alcance para ser feliz. Pero uno nunca está contento y siempre quiere más, es la maldita ambición del ser humano que nubla el camino de la sencillez y de la verdad en la vida.


Nos despedimos con mucha tristeza de estas enanas ya que en poco tiempo las cogimos cariño y diciéndoles que se cuidasen mucho nos fuimos a nuestra habitación en el hotelucho que habíamos reservado.
A las seis de la mañana ya estábamos despiertas, el ajetreo de las calles se colaba por las rendijas de las ventanas y ello te hacía despertar la emoción que llevas dentro por conocer nuevas experiencias.
Mientras esperábamos al taxi fuimos testigos del sacrificio de esta albina cabra que quizá terminara en carnicerías como la de la foto más abajo.


Llegamos a la calle de donde salen todos los autobuses con dirección a Pokhara y allí el taxista nos ayudó a encontrar el nuestro en la larga fila.
Una vez todos montados (con perro incluido) nos dispusimos hacer el largo viaje de siete horas que separan las principales ciudades del país.



2 comments:

Anonymous said...

Je je, Rosita no escatimas en detalles, la verdad que fue todo como lo cuentas, la verdad que fue un dia increible, muchos besos, y sigue escribiendo que me encanta como lo narras, ciao

Antonio Illán said...

Katmandú me recuerda el mítico lugar al que se viajaba en la época del hippismo en busca de sensaciones nuevas.
Seguro que la visita ha merecido la pena.
Las imágenes revelan una hermosa excursión.